jueves, 7 de octubre de 2010

rrope

La euforia que le produjo aquella olida de entrepiernas, se transformó en frustación cuando intentó mover su cola ausente

2 comentarios:

Ing Francis dijo...

No siempre la alegría es perfecta, pero eso no puede impedir sintir alegría. Aunque sea por un pequeño instante.
La alegría del momento previo es fuerte y la del instante mismo tambien. Son suficientes para sacar una sonrisa que, aunque cambie la situacion, algún día la recordaremos y nos sacará una risa sospechosa.

Salvador Cancino San Martin dijo...

wow, la verdad algo causa este texto.
No se como decirlo pero me dejó pensando, lo podría apllicar a variadas realidades que en este momento invaden mi cabeza.
Saludos primo, cualquier cosa soy el salva. ;)