domingo, 27 de junio de 2010

Bajo una llena luna azul, había vivido las últimas noches, su pasado de hombre lobo lo había traicionado.
La primera noche la luna lo alumbró como foco de cárcel al amparo de la duda. La segunda lo hizo al amaparo de la reflexión. Y la tercera noche lo acompañó al amparo de la pena.
De todos modos estaba más bella que nunca.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

lo mio fue parecido. e

Ing Francis dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ing Francis dijo...

La luna nos puede mostrar nuestra verdadera cara y me hace recordar el pasado más antiguo, cuando me daba el tiempo de contemplar la luna.
Sin importar lo que recuerde, siempre habrá reflexión y, a veces, puede que existe alguna pena