martes, 18 de noviembre de 2008


Era día martes, pero era el típico día lunes, cabrón por excelencia. Había despertado 40 minutos tarde, y llegue 30 minutos tarde a mi destino, con una absurda alegría por haber hecho todo en 10 minutos menos. Más que mal, es ese el brillo, se es feliz por estupideces, que de estupidez poco tienen. Una Hora de viaje en metro escuchando la misma canción. Con la mente casi en blanco. Había una sola cosa dando vueltas. No, no es que haya olvidado ponerme pantalones con el apuro, ni nada así. Era algo más. La canción me había llevado a un estado de reflexión alegre. Tenía un sonrisa casi permanente en el rostro, pero en el interior había ese algo en el que pensé todo el rato. Fue uno de esos días, en los que llegas tarde y todos te ven entrar, en verdad me daba lo mismo, ¿Quién no se ha quedado dormido?. El día pasó silencioso, con pocos chistes y sin mucho interés en las conversaciones. El silencio terminó cuando en el paradero pisé un chicle. Ahí me puse a pensar en otras cosas.

5 comentarios:

Aristóteles dijo...

¡Si! Los lunes es el día más cabrón, jajaja.

Me ha gustado mucho esta historieta tuya, gracias. Buen texto. Alegra, lástima que se te atravesó el chicle.

Saludos.

Zerega dijo...

lunes puede ser cualquier día de la semana y los lunes pueden ser viernes. Depende de si se te ha olvidado o no poner el despertador.

Claudia Andrea dijo...

mientras no te pegue el chicle..esta todo bien.
una tonteria puede pasar a ser una gran noticia...o vice versa

todo eso pasa ..por hacer las cosas...apurado... o no...la verdad es q hoy corri..porque me quede dormida... y se q mañana lo mismo..

Clau dijo...

Sipo, dijeron conn la Bea que iban a venir... todavía espero u.u

Aristóteles dijo...

¿Qué habrá sido de tu vida?

Yo aquí sigo, feliz. De hecho, he vuelto a las andadas,... He vuelto a ser blogero, jajaja.

Un abrazo.